Paracelso, nacido el 10 de noviembre de 1493, en Suiza, fue un precursor de la medicina de laboratorios. De extraer los actuales principios activos de las hierbas para curaciones delicadas. Era cirujano, médico, astrólogo, cabalista y sobre todo alquimista. Para él la enfermedad no es el enemigo, lo es el vicio humano. En ese concepto fundamental se incluye el concepto de que la enfermedad avisa el error humano. Desde ese ángulo es un aliado del que busca el conocimiento trascendente al que todo ser humano debe acercarse alguna vez en la vida. Es por tanto un “llamado” al orden del microcosmos interior. No olvidemos que la palabra “cosmos” deviene de “orden”. Y la aplicación de espíritu sobre el ens morbi se refiere al Espírito de uno contra el error humano, en pos de la virtud, fuente de salud y alegría. Y del arcanum de la naturaleza sobre la enfermedad manifiesta. Entonces se logra la curación a fondo. Esto es, en síntesis, la doctrina de Teofrasto.