martes, 26 de agosto de 2008

Nota Periodistica



—¿Qué es medicina homeopática?
—Es la curación de toda enfermedad física o anímica a través del sabio uso de la ley de la similitud, que es una ley de la naturaleza. Se conocen al menos cuatro tipos de homeopatías. La paracelsiana se refiere a la aplicación de la farmacopea del doctor suizo Felipe Paracelso.
—¿Por qué aparece por primera vez en Uruguay el tipo de homeopatía que ustedes aplican?
—Este fenómeno se debe a que toda población atrae el tipo de medicina que necesita. En 1900 Uruguay necesitaba la medicina herbaria pues había mucho trabajo de campo y eso quedaba muy alejado de los médicos.
Hacia 1950 se pobló mucho Montevideo y el rápido trajín de la vida urbana requiere soluciones rápidas aunque no sean profundas. Esa clase de remedios los provee la medicina oficial y por eso se prefirió.
En este nuevo siglo Uruguay perdió la fuerza obrera por abandonar el campo y curarse sólo los síntomas, y como consecuencia perdió la autonomía.
El descontento que provoca la falta de libertad atrajo una medicina libre de intereses económicos, que volviera a tratar al ciudadano como cuerpo y alma.
Por eso estamos aquí.
—¿Se puede con la homeopatía curar el alma?
—Mire, caballero, las afecciones del alma las tratamos con elixires de flores de Alden.
La flor es la sustancia que sintetiza el desarrollo de la naturaleza, y por lo tanto es capaz de orientar y estimular el desarrollo de nuestra naturaleza interior. Esto es, de abrir ante nuestros ojos un mundo de comprensión. La causa de la enfermedad es el trato interno inadecuado entre la gente aunque parezcamos muy amables. Reparando ese daño mutuo se cura la causa, y sanada la causa el efecto (enfermedad) desaparece. Así que mejor que aprendamos a convivir, para sobrellevar estos malos momentos del país.
—¿Dónde se puede aprender esta ciencia?
—Como quiera que en Uruguay no tenemos facultad de medicinas naturales, aunque así debería suceder, brindaremos unos cursos en nuestra farmacia natural con la finalidad de formar idóneos en el arte de curar con estos medicamentos, y de aprender a prepararlos.
Se instruirá sobre hierbas medicinales, aceites esenciales, elixires florales, diagnósticos y preparados de farmacia.
—¿Cómo desarrolla la atención en su local?
—Hemos aprendido que lo importante es que quien padece una enfermedad se exprese.
Nos apoya un médico por cuestiones técnicas, y una química por el asunto de los remedios de laboratorio. El ministerio hizo su parte con la autorización, y nosotros la nuestra escuchando a la gente. En todo ello hay un beneficio del que todos nos podremos servir.
—¿Piensa que se difunda el tipo de homeopatía que ustedes preconizan?
—Necesariamente. Es imposible continuar con la atención en cinco minutos o con las diluciones extremas. Nuestra atención es realista y nuestros remedios sin diluir. Además, con las propuestas vigentes no hemos hecho más que aumentar nuestras enfermedades y es difícil que lleguemos sanos a los 60 años. ¿Cómo haremos para seguir trabajando como está el asunto de las causales jubilatorias?

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